El Banco de España ha destacado la pérdida del impulso de reformas, por lo que insta a aprovechar la actual fase de expansión para recuperar las políticas fiscales nacionales, potenciar el buen funcionamiento del mercado interno, fomentar la inversión y aumentar la productividad y el crecimiento potencial.
En un artículo se indica que el país debe aplicar las recomendaciones para la zona euro, adoptando medidas para mejorar la productividad, utilizando los ingresos extraordinarios para reducir la deuda pública, apoyando la inversión en los ámbitos prioritarios y mejorando las capacidades y la empleabilidad de los trabajadores.
El organismo advierte de una “pérdida significativa de impulso reformador”, una vez que se han dejado atrás los años inmediatamente posteriores a la crisis financiera.